La obsesión de un sabor irresistible

Desde el primer momento supimos que Doritos Rib’session no era solo otro sabor: era una experiencia. Un homenaje a la auténtica BBQ, a las brasas encendidas, al aroma ahumado y a las costillas jugosas que hacen la boca agua. El reto estaba claro: capturar toda esa intensidad en un packaging que hablara por sí solo.

El primer paso fue encontrar un naming que hiciera justicia al producto. Así nació Rib’session, un juego de palabras que combina el protagonismo de las costillas (“ribs”), la obsesión por su sabor y la energía de una “jam session”. Un nombre que encapsula la pasión y la intensidad de esta propuesta.
El diseño del packaging debía estar a la altura. Elegimos un bodegón impactante: costillas jugosas, bañadas en salsa BBQ, con un brillo irresistible. Una imagen que hace salivar con solo mirarla y establece un vínculo directo con el consumidor.

Para el color, buscamos uno que evocara la esencia del producto. Elegimos un granate oscuro, un tono profundo que remite al ahumado, a la intensidad de la carne y al dulzor característico de la BBQ. Un color que no solo resalta en el lineal y se diferencia del resto de la gama, sino que refuerza la identidad del producto dentro del universo Doritos.
El resultado: un packaging que invita a vivir la experiencia BBQ antes de dar el primer bocado. Un diseño que seduce, destaca y hace justicia a un sabor tan intenso como inolvidable.

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